Hernia Ventral
Una hernia ventral es cuando hay un abultamiento que atraviesa una abertura anormal en la pared de los músculos abdominales. Por lo general, ese bulto es parte del intestino, aunque también podría ser tejido o grasa.
A menudo, estas hernias aparecen en donde anteriormente se realizó una cirugía. Además, el debilitamiento en la pared abdominal del paciente, es un factor para que se desarrolle la hernia. En ocasiones, esta debilidad es congénita, pero también se puede desarrollar por cargar objetos muy pesados y no usar la técnica adecuada de levantamiento, tos o estornudos crónicos, esfuerzo constante al evacuar el intestino, problemas de próstata, u obesidad.
¿Cuáles son los tipos de hernia ventral?
Primaria: Hernias en la pared abdominal por diferentes causas y localización pero dentro de la pared abdominal
Secundaria: a una cirugía previa. (Son las más frecuentes)
¿Cuáles son los signos y síntomas más comunes?
Se puede ver y tocar la presencia de un abultamiento llamado saco herniario en el abdomen.
El dolor puede aparecer cuando se hace un esfuerzo físico o se hace presión en el área abdominal, cuando una hernia se complica se percibe dolor intenso y difícilmente se puede regresar, esto requiere valoración quirúrgica inmediata.
Si se deja pasar mucho tiempo el tejido implicado puede sufrir falta de riego sanguíneo e infartarse el tejido (necrosis).
¿Cómo se diagnóstica?
Para poder diagnosticar este tipo de hernias se pueden hacer una TAC (Tomografía Axial Computarizada) o una ecografía. Una vez detectada, el médico es quien se encarga de dictaminar si es de tipo primaria, es decir, aquellas hernias que aparecen en la pared abdominal por diferentes causas; o secundaria, aquella que se presenta con una cirugía previa, que es el tipo más frecuente.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento ideal es una operación. La finalidad es separar la hernia de los tejidos que la rodean, para después regresar el contenido de esta dentro del abdomen, los intestinos sólo serán cortados si el médico los encuentra dañados. En la mayoría de las técnicas, se coloca una malla para reforzar y disminuir el riesgo de recurrencia.
El tratamiento de elección es la reparación quirúrgica del defecto.
Existen tres posibles técnicas:
Posterior a la cirugía, lo recomendable es reposo para no exponer la herida, comer sano, beber muchos líquidos y seguir todas las indicaciones que el médico señale. Si bien, existe un riesgo de que la hernia vuelva a salir, este se puede aminorar con un estilo de vida saludable con dieta y ejercicio.